Me cuesta creer, desde la comodidad y el calor de mi casa, todo lo que está pasando al otro lado de la ventana.
Esta
pandemia me está marcando, me imagino que como a muchos, espero que
cuando termine no lo olvidemos todo y volvamos a la vida sin sentido que
nos ha traído hasta aquí.
El
Coronavirus ha impedido que me despida de mi abuela, algo que no podré
olvidar, siempre tendré lágrimas con su nombre que no han podido ser
lloradas.
Pero por otro lado
me está permitiendo disfrutar de mis hijos, juego con ellos como hacía
tiempo que no podía hacerlo y me he dado cuenta de lo valiosos que son
mis padres ahora que solo nos vemos por una pantalla, los echo tanto de
menos...
Soy
de las que piensa que la naturaleza es lo más poderoso que existe, por
eso creo que nos está devolviendo parte del daño que le hemos hecho. Nos
está demostrando que no hay quien la pare y que antes de que acabemos
con ella, ella lo hará con nosotros.
Espero
que aprendamos a cuidar nuestros mares, nuestras montañas y nuestro
aire, y que dejemos de consumir por encima de nuestras necesidades.
Ojalá
cuando todo esto termine estemos más concienciados con la importancia de cuidar nuestro bello planeta pero
sobre todo, espero que hayamos aprendido que lo que más necesitamos y
lo que más felicidad nos aporta es el calor de un abrazo, el roce de un
beso inocente, el escalofrío de un dulce susurro y la risa contagiosa de
nuestros niños, ¡aprendamos de ellos! Pedirles que os enseñen a ver la
vida con su abanico de colores.
Precioso texto escrito desde el corazón...❤️
ResponderEliminarMuy bonito Jessi, sigue escribiendo que aquí estaremos para escucharte. Un beso muy grande!!
ResponderEliminarMuy bonito y con grandes verdades, escribes muy bien, sigue.
ResponderEliminarMuchas gracias! aquí seguiré! :)
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